Imagine

ARTÍCULO

IMAGINE

POR: JULIO A. LARRAMENDI

 A propósito del aniversario de la muerte de John Lennon 

Desde temprano en la fría y gris mañana, poco a poco llegan personas de todas las edades portando flores, en su mayoría rosas rojas, blancas y amarillas, y van haciendo un círculo en torno al memorial que en pequeños azulejos grises y negros contiene una sola palabra: IMAGINE. 
 
Es el 8 de diciembre en el Parque Central de Nueva York, muy cerca del edificio Dakota, frente al cual, en igual día de 1980, John Lennon recibió aquellos cinco disparos que segaron la vida a uno de los más grandes compositores e intérpretes de todos los tiempos. Nacía una leyenda, y también la tradición del encuentro. 
 
La lluvia pertinaz no impide que en poco tiempo se congregue una buena cantidad de admiradores de su música, pensamiento y acción. Muchos recuerdan sus orígenes y la fama de The Beatles, con quienes compuso e interpretó piezas aún hoy cantadas por nuestros nietos, en una permanencia en el tiempo poco usual en la música llamada “popular”. Otros, los años en solitario, en los que creó canciones convertidas en himnos de paz y amor. Algunos, los años en EE.UU., acosado por autoridades que trataban de quitar de en medio a aquel miope peludo y contestatario. Y todos, la muerte absurda en el mejor momento de su creatividad y cuando trataba de controlar sus demonios. 
 
Van llegando jóvenes y viejos con guitarras, y cada cual entona su canción favorita. Sin acuerdo previo, siguiendo los primeros acordes de un sesentón de barba blanca, se aúnan las voces: 
 
You may say I’m a dreamer 
But I’m not the only one… 
 
Alguna lágrima corre por una arrugada mejilla y una luz brilla en ojos que nunca vieron al autor. 
 
En Cuba, en un parque del Vedado, desde el año 2000 nacionales y visitantes rinden culto al músico de Liverpool. Un 8 de diciembre, en el aniversario 20 del nefasto día, se develó la escultura a tamaño natural creada por José Villa Soberón. Fue el merecido homenaje de los cubanos y el desagravio oficial por una etapa anterior en que no fue bien visto admirar el rock y el pop británico y norteamericano. Desde entonces, es ritual la fotografía junto al Lennon sentado en un banco del parque. 
 
Muy cerca, unido por la señal de paso peatonal que recuerda la famosa foto de la portada del álbum Abbey Road, está el club El Submarino Amarillo, donde se presentan bandas de rock, tanto de jóvenes como de “dinosaurios” de los 60-70, en un ambiente que reproduce carátulas y fotografías del grupo que cambió la cultura en muchos sentidos. Entre tantas imágenes, una en blanco y negro de John Lennon y Yoko Ono en la cocina de su apartamento del Dakota, con el Che de Korda en la pared. 

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